
El pasado 28 de noviembre arrancaba en Madrid la vigésimo quinta Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, más conocida como la Conferencia de las Partes (COP25) convirtiendo a la capital española en el epicentro de la lucha contra el cambio climático. En dicha cumbre, durante dos semanas los países representados repasarán sus planes de reducción de emisiones con el fin de cumplir con los objetivos fijados en 2015 en el ya famoso Acuerdo de París; esto es, limitar el calentamiento global a 2 grados por año con respecto a la era pre-industrial, situándolo a 1,5 grados.
Además de las acciones emprendidas por los gobiernos, el sector empresarial tendrá un papel relevante, mostrando sus planes para alcanzar la neutralidad en emisiones de CO2 y, por supuesto, en la agenda también ocupará un lugar destacado la llamada “financiación responsable o sostenible” destinada a proyectos verdes o de impacto social.
Y como la financiación, sea responsable o no, va aparejada a proyectos de inversión en los que participan inversores institucionales tales como fondos de pensiones, aseguradoras, fondos soberanos o family offices, dentro del mundo inversor la llamada “inversión sostenible” ha venido tomando un auge creciente durante la última década, siendo los fondos ESG (Environmental, Social, Governance) su mejor representación. El tamaño de dichos fondos a nivel global alcanzó la cifra de € 30,6 billones en 2018, con un crecimiento del 34% en tan solo dos años, llegando a representar un 49% de los activos totales bajo gestión en las carteras de inversión en Europa o un 26% en los Estados Unidos.
Yendo un paso más allá, dentro de las grandes estrategias de inversión ESG, la que muestra mayor crecimiento es la de “Integración” la cual conlleva un análisis sistemático de factores ESG a la hora de seleccionar activos de inversión. Dicha estrategia está tomando un peso creciente frente a la estrategia de “Exclusión” la cual simplemente se basa en excluir de las carteras los llamados “sin stocks”, siendo éstos los valores cuya actividad se considera poco ética o inmoral.
Inversión en Activos Sostenibles (por estrategia y región)

En cuanto al perfil de inversores, dentro de la inversión ESG el mayor peso recae en el inversor institucional representando el 75% del total, lo cual principalmente responde a los mandatos de inversión por parte de grandes fondos de pensiones, aseguradoras, etc. El 25% restante corresponde al segmento minorista. Si bien es de destacar un incremento de 5 puntos porcentuales frente a 2016, la representación del segmento minorista es todavía escasa. En una encuesta reciente del New York Life Investments se mencionaba que tan solo el 20% de los inversores minoristas encuestados habían sido informados de este tipo de inversión por parte de sus asesores.
Dada la relevancia de los factores ESG para el mundo inversor y para la sociedad en general, cabe esperar que su peso siga creciendo, tanto en las carteras de inversión cotizadas como en las de activos alternativos y que los inversores y compañías o promotores de proyectos tengan en cuenta estos factores a la hora de diseñar sus planes estratégicos. Ello sin duda contribuirá hacia el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París. Por otra parte, aunque hay opiniones variadas en cuanto a la rentabilidad este tipo de activos en comparación con otros activos financieros, la realidad es que a medida que cada vez existen más empresas y vehículos alineados con estos principios, los retornos generados por las inversiones ESG son por lo general iguales o mayores que los generados por otro tipo de activos.
En Fellow Funders nos alineamos 100% con la filosofía de inversión ESG y aunque ello no quede reflejado de una manera explícita en nuestros informes, siempre buscamos que nuestros proyectos, con independencia del sector al que pertenezcan, cumplan determinados criterios medioambientales, sociales y de responsabilidad corporativa.

Equipo Fellow Funders