
Las startups con iniciativas o recursos para hacer frente a la pandemia podrían beneficiarse. Si ya de por sí es complicado recaudar dinero en una economía sana, ¿qué pasa cuando los mercados de valores se están desplomando a nivel mundial?
Algunos inversores serán más cautelosos a la hora de invertir en empresas, al menos por el momento, pero esto no significa que dejen de hacerlo. Es decir, la inversión no cesará, pero los inversores se tomarán más tiempo para conocer y examinar el negocio, algo que no tiene por qué ser negativo.
La inestabilidad también puede presentar una oportunidad, ya que los cambios en los mercados y las circunstancias crean nuevos retos que resolver y oportunidades para que las nuevas empresas hagan crecer sus negocios.
Los tiempos difíciles sacan a relucir el verdadero carácter de los líderes de las empresas. «Si bien no hay duda de que la recaudación de fondos para una startup incipiente puede ser más difícil en estas condiciones de mercado, también creemos que las mejores compañías se construyen durante entornos de mercado complejos», dijo Diane Fraiman, directora gerente de Voyager Capital.
Por otra parte, John Spindler, inversor inicial y director ejecutivo de la organización de apoyo a los empresarios Capital Enterprise, con sede en Londres, afirma que las empresas en fase inicial también podrían funcionar sin problemas puesto que «Pueden posponer el inicio por tres meses – su único costo son ellos mismos”. Uno de estos fundadores manifiesta que «estaba a punto de empezar a acercarme a los inversores después de más de cuatro años de desarrollo de mi producto». «Supongo que en este momento lo mejor es centrarse en completar el producto y luego volver a buscar un socio en un mes más o menos, incluso aunque cause un retraso en la puesta en marcha».
Sin embargo, se teme que, para las empresas en fase de lanzamiento con menos liquidez en el banco, resulte más difícil que de costumbre ganar clientes, conocer a clientes potenciales y empezar a mostrar tracción. A su vez, es probable que esto les dificulte más la recaudación de la siguiente ronda de financiación.
«Los CEOs deben considerar un rango de escenarios sobre los ingresos y un rango de escenarios sobre los gastos. En el mejor de los casos, por ejemplo, tal vez se produzcan algunos recortes moderados en los gastos y los ingresos no se vean afectados demasiado. Por otra parte, si los ingresos se reducen drásticamente (o no crecen), pero los gastos se mantienen en el nivel del plan original, podría provocar una trayectoria considerablemente más corta», dice Gil Dibner, socio de Angular Ventures.
También es una oportunidad para los pocos afortunados que empiezan a encontrar un mayor interés en sus servicios como resultado de la pandemia de coronavirus. “Las startups que, de una forma u otra, tienen ideas o herramientas para hacer frente a la pandemia, podrían verse fortalecidas”. En estos momentos ya han surgido algunas iniciativas para financiar este tipo de proyectos.
La que más destaca es la encabezada por Sam Altman, CEO del laboratorio de investigación de inteligencia artificial OpenAI, ex presidente de la incubadora Y Combinator y uno de los inversores más conocidos en EE.UU. Altman ha invertido en muchas compañías tecnológicos durante su carrera, incluyendo algunas tan conocidas como Airbnb, Stripe, Reddit, Pinterest o Change.org.
¿Cuáles son las startups que interesan?
El reconocido inversor tiene la intención de respaldar económicamente a todas aquellas compañías que tengan la posibilidad de ofrecer productos o servicios de este tipo:
- Aquellos que sean capaces de producir una gran cantidad de respiradores, mascarillas o batas en un corto período de tiempo.
- Aquellos que logren medicinas efectivas o prueben la efectividad de medicinas ya existentes contra el virus. Así como las que tengan nuevas aproximaciones a vacunas.
- Nuevas técnicas o terapias en las que las grandes empresas farmacéuticas no estén trabajando.
“Estoy tratando de financiar startups o proyectos que ayuden con el COVID-19, porque es básicamente la única cosa que sé cómo hacer para ayudar. Creo que pronto tendremos la suficiente capacidad de testeo, así que me gustaría apoyar económicamente a las startups que trabajen en estas áreas”, señala Altman a través de una publicación en su blog.
El llamamiento del inversor incitó a medio millar de proyectos a inscribirse solo un día después del anuncio. Aunque en principio Altman no se ha comprometido a proporcionar todos los fondos por su cuenta, ha pedido a los emprendedores que completen una hoja de cálculo pública que todo inversor interesado podrá consultar.
En esta línea, los esfuerzos también están realizándose desde el ámbito público. En Europa, la Comisión Europea ha sido más específica y ha puesto en marcha un fondo de 164 millones de dólares para todas aquellas startups y pequeños negocios con tecnologías e innovaciones que ayuden al tratamiento, las pruebas, la monitorización y otros aspectos del COVID-19. El fondo no se centra en temáticas o negocios concretos, sino que está exclusivamente destinado a la búsqueda de soluciones para hacer frente al coronavirus.
Un par de ejemplos de startups concretas que se han beneficiado de esta crisis mundial del coronavirus son los siguientes:
Por un lado, Jone Bruggeman, el fundador de Siilo, plataforma digital diseñada para la comunicación entre profesionales médicos, afirma que «Los VC están muy interesados en cómo nuestro negocio está creciendo ahora debido a la pandemia».
Dice que Siilo ha visto «un aumento de las solicitudes de entrada desde el brote, incluso en regiones en las que no somos dominantes» y los ciclos de ventas han bajado de 18 meses a dos semanas desde la semana pasada. Bruggeman confía en que se le ofrecerán plazos más favorables de lo que podría haber sido de otra manera.
Otro caso es el de O2TODAY, una compañía de máscaras faciales a la cual le estaba costando despegar, hasta que el coronavirus llegó. La idea consistente en la creación de máscaras para evitar la contaminación del aire nació en 2016 y se adelantó a su tiempo. Estaba tres o cinco años por delante del interés del mercado. Su emprendedor, confiaba en que algún día surgiría la demanda para su producto y mientras llegaba, se preparó para ello. El fundador tomó algunas medidas para mantener la impresa “inactiva” hasta el despegue.
Fuentes: Entrepreneur