Frente al (des)ahorro, inversión alternativa

Todos hemos oído la fábula de la cigarra y la hormiga. En la historia, la hormiga trabajaba y ahorraba para los meses de invierno, mientras que la cigarra cantaba y se despreocupaba. La moraleja del cuento señalaba a la hormiga como el ejemplo a seguir, pero ¿y si estaba equivocada? Es evidente que el trabajo y el esfuerzo son innegociables para conseguir ingresos y beneficios, pero ¿qué deberíamos hacer con ellos? ¿Hacer como la hormiga y ahorrarlos?

Lo cierto es que la situación actual no es la más propicia para ahorrar. La crisis del coronavirus ha obligado a los bancos centrales a intervenir con políticas monetarias expansivas. Esta medida permite estabilizar la economía, pero provoca un descenso en los intereses. Hasta el punto en el que los depósitos y los bonos (tanto públicos como privados) presentan intereses negativos. Por tanto, lo que antes eran formas de ahorro, hoy se traducen en una reducción de nuestra renta. Incluso escondiendo nuestro dinero en casa, como hizo la hormiga, estaríamos desahorrando en términos de poder adquisitivo, debido a los efectos de la inflación.

Esto nos obliga a cambiar la gestión de nuestra renta. Si antes era necesario asumir un riesgo del 3 % para obtener una rentabilidad del 3 %, ahora hace falta un riesgo de un 9 % para alcanzar el mismo nivel de rentabilidad. Por tanto, debemos seleccionar cuidadosamente el destino de nuestras inversiones.

La crisis actual ha dificultado el ahorro, pero a la vez ha fomentado la digitalización de la economía, provocando un crecimiento exponencial de las inversiones alternativas cimentadas sobre plataformas tecnológicas. Ahora más que nunca, es importante diversificar nuestra cartera de inversión para buscar el binomio rentabilidad-bajo riesgo. Es el momento idóneo para apostar por algunas de las formas de inversión alternativa que han crecido en los últimos años:

  • Equity Crowdfunding: mediante esta forma de crowdfunding, una empresa solicita capital a través de una plataforma digital, y los inversores que lo deseen realizan una aportación a cambio de recibir participaciones en los futuros beneficios. En Fellow Funders llevamos cuatro años ayudando a startups y empresas a financiarse mediante este método, por lo que hemos vivido de primera mano el auge de esta modalidad de inversión.
  • Crowdlending: es un método similar al crowdfunding, en el que las empresas recurren a un conjunto de inversores en lugar de a los bancos tradicionales para solicitar un préstamo. A cambio, estos inversores cobran los correspondientes intereses. Los proyectos que recurren a este método suelen ofrecer un retorno bastante atractivo, con una TAE que puede alcanzar el 14 %.
  • Criptomonedas: la tendencia estrella en la actualidad. Estas monedas digitales nos permiten comprar, vender y especular. También existen otras formas de inversión asociadas a estos activos, como crear nuestras propias criptomonedas, invertir en fondos de inversión cotizados que contienen criptomonedas, o invertir en proyectos de blockchain que se financian con criptomonedas.
  • Inversión inmobiliaria alternativa: en los últimos años han ganado relevancia dos formas de inversión más sencillas y viables para el pequeño inversor en el mundo inmobiliario. Las SOCIMIs, reguladas en España desde 2009, son sociedades que compran inmuebles para ponerlos en alquiler, con la obligación de distribuir el 80 % de los beneficios entre los accionistas a través de los dividendos. Otra alternativa es el crowdfunding inmobiliario. El objetivo de los proyectos financiados de esta forma es comprar inmuebles, revalorizarlos y venderlos.

Si bien estos son los modos de financiación alternativos más destacados en la actualidad, el de la financiación alternativa es un mundo complejo y variado. Desde Fellow Funders siempre recomendamos invertir con cabeza y diversificar la cartera de inversión. Teniendo en cuenta que en la actualidad el ahorro y la inversión fija producen una rentabilidad prácticamente nula (cuando no negativa), creemos que esta es la mejor forma de buscar el binomio rentabilidad-riesgo asumible.

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