
2020 ha visto confirmarse una moda que se creía temporal. La inversión socialmente responsable, o ESG, ha tocado máximos en la actual crisis y la toma de conciencia sobre el impacto de la economía al cambio climático ha cuajado definitivamente. Estudios como los de la estadounidense Morningstar señalan que la inversión en fondos ESG alcanzó en 2020 la cifra de 1.7 billones de dólares. Para ponerlo en perspectiva, este monto es superior al PIB de una macropotencia como Rusia.
Es evidente, por tanto, que el dinero está desviándose hacia las actividades de carácter sostenible, comprometidas con el medioambiente, la sociedad y el buen gobierno. A los inversores les puede atraer, por ejemplo, los esfuerzos de una empresa por la reducción de emisiones, la transparencia en sus decisiones o las condiciones laborales de sus empleados. En cualquier caso, la inversión ESG está en boga. De hecho, según la gestora de fondos francesa Natixis, tres de cada cuatro inversores profesionales ya cuentan con activos de carácter ESG en sus carteras.
Y es que el crecimiento de las cifras de inversión sostenible también se ha visto acompañado de un aumento de su influencia. La inversión ESG “ya forma parte de las finanzas convencionales”, según afirma la división de gestión de carteras de Goldman Sachs.
¿Pero son verdaderamente rentable este tipo de inversiones? Todos los datos apuntan a que sí. Por ejemplo, el Bank of America señala que las empresas que incorporan criterios ESG tienen menos riesgo de quebrar. El 90% de las bancarrotas que se dieron entre 2005 y 2015 en el índice bursátil estadounidense S&P 500 fueron de firmas con pobres compromisos medioambientales y sociales.
El sector energético se renueva
La influencia y el poder de los que gozaron décadas atrás las compañías petroleras ahora se está contagiando a las energéticas con foco en la energía renovable y limpia. Al igual que con la inversión socialmente responsable, la crisis provocada por la pandemia no ha conseguido minar la expansión de la inversión hacia la energía renovable.
En estrecha relación con la inversión ESG, las finanzas con foco en energías limpias alcanzaron cifras históricas en 2020. El Instituto para el Análisis Económico y Financiero de la Energía (IEEFA) apunta que se invirtieron 501 billones de dólares en este sector. Se trata de un 9% más que en el ejercicio financiero previo, lo que confirma el ascenso ininterrumpido que lleva dándose desde 2013.
Hace unos meses tuvimos el honor de poder hablar con Pedro Mielgo sobre el estado de las energías renovables en España e hizo especial énfasis en que el sector está “en su mejor momento”. Las energías renovables permiten simultáneamente reportar un buen binomio rentabilidad-riesgo al inversor y ayudar a preservar el planeta. Parece innegable que el futuro es renovable.
Nuestro granito de arena
El compromiso de Fellow Funders con el medioambiente y el mundo sostenible se refleja, entre otras cosas, en el Libro Blanco de Sostenibilidad para Pymes. En nuestra labor como canalizadores de financiación tenemos en especial cuenta la implantación de planes ESG dentro de las empresas, sea del tamaño que sean. Por ello, nuestra división Fair Value ha desarrollado un modelo de reporting y valoración ESG específico que se detalla en el documento.
El libro también explica cómo implementar medidas ESG en sus tres facetas reporta beneficios a nivel financiero para una compañía. En última instancia, los modelos ESG aportan valor añadido a los accionistas al mismo tiempo que ayudan a preservar el planeta y la sociedad.
Así pues, en este manual plasmamos toda nuestra experiencia y conocimiento, y lo ponemos a disposición de forma gratuita para que cualquier Pyme pueda unirse al camino sostenible que se está formando en el presente e impregnará el futuro. Queremos contar con todos vosotros en esta ambiciosa misión. ¿Te sumas al cambio?
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