Otoño, época para las hormigas aladas

Cuenta la famosa fábula de la cigarra y la hormiga que, en pleno periodo estival (no sabemos si “desganada” por las olas de calor), la primera se dedicó a reposar. Mientras tanto, la segunda puso su empeño en acumular víveres para afrontar el invierno. El final de la fábula es conocido por todos, y en los colegios todavía se expone su moraleja para enseñar a los niños la importancia del esfuerzo. 

Consejos para el “mal tiempo” 

Este año, la llegada de septiembre coincide con una bajada de temperaturas que anticipa el inicio del otoño, dirigiéndonos de manera inevitable al invierno. Lamentablemente este año esta afirmación no es un mero parte meteorológico, sino un análisis de la situación económica. La crisis energética, la inflación… Nos encaminamos inevitablemente a un invierno económico. Sin embargo, el propósito de este artículo no es sembrar el pánico, sino dar a nuestra comunidad recomendaciones para que el frío y las tormentas no os pillen expuestos. 

La fábula de la cigarra y la hormiga no se enseña exclusivamente a los niños, sino que también entraña una valiosa lección financiera. La hormiga no se limitó a acumular víveres, sino que buscó el mejor lugar posible para almacenarlos. Para preparar el futuro inmediato, no solo vale con ahorrar compulsivamente. Debemos buscar inversiones que revaloricen nuestro patrimonio, especialmente en el actual escenario inflacionista. Sin embargo, nos encontramos ante un mercado bajista con un futuro muy incierto debido a los recientes acontecimientos políticos y económicos. ¿Cómo podemos actuar ante esta situación? 

El caso de la hormiga alada 

Septiembre es sobre todo conocido por la llegada del otoño y la reaparición (no siempre asegurada) de las lluvias, pero este último fenómeno trae consigo a un visitante un tanto “exótico”: las hormigas aladas o voladoras. Es cuando muchos empiezan a refugiarse ante las primeras inclemencias meteorológicas cuando este insecto empieza a salir de su guarida. 

Sería inimaginable que la hormiga de la fábula tuviera alas, ¿no? De ser así, estaríamos ante una historia alternativa. Eso es lo que queremos proponeros desde Fellow Funders ante la situación económica actual: una fábula y una moraleja un tanto “alternativas”. Efectivamente, la coyuntura actual aconseja invertir para resguardarse ante la recesión que viene. Sin embargo, ante la situación del mercado debemos valorar otras opciones que salgan de los mercados tradicionales de bonos y acciones. ¡Y es aquí donde aparece la inversión alternativa! 

¿Qué es la inversión alternativa? En Fellow Funders llevamos tiempo dedicados a esta actividad. Sin embargo, nos sería difícil definir la misma. No por falta de expertise, sino porque es un concepto muy amplio que cada año crece con la aparición de nuevas tipologías de inversión. De hecho, resulta más fácil explicar lo que no es. Los activos alternativos son aquellos que no están conformados por efectivo, acciones o bonos. 

Bienes inmuebles, obras de arte, almendros, oro… 

Estos activos suelen presentar una menor liquidez, pero a su vez grandes potenciales de crecimiento. Van desde el real estate, el modo de inversión alternativa más popular, hasta otros activos más “exóticos” como las obras de arte. Hoy os queremos hablar sobre activos alternativos que deberíais al menos valorar ante la actual coyuntura económica. 

Como hemos comentado antes, el activo alternativo más popular y valorado por los inversores actualmente son los bienes inmuebles. Recientemente en nuestro blog hablamos sobre las bondades de este sector desde el prisma inversor, especialmente en el caso del house flipping. A esta oportunidad hay que añadir otra sobre la que también hablamos la semana pasada: invertir en fincas destinadas a explotaciones agrarias. 

Las materias primas también son un activo a valorar, especialmente para diversificar nuestra cartera de inversión. Y es que su recorrido suele ser inverso al del mercado: cuando este sufre, las materias primas se disparan. Por ello, muchos expertos recomiendan invertir entre el 5 % y el 10 % de nuestra cartera en materias primas como el oro, ya que este actúa como contrapeso ante las pérdidas provocadas por otras inversiones. 

… ¡o invertir en startups! 

Por último, pero no menos importante, no podíamos cerrar nuestra particular fábula sin hablar del private equity. En el pasado esta alternativa estaba restringida a los grandes inversores, pero con la aparición del equity crowdfunding podemos invertir una parte de nuestros ahorros en participaciones de compañías. En este caso, es recomendable buscar sectores con riesgos que no estén correlacionados con la recesión que se avecina.  

Como esta fábula es alternativa, ofrece finales (o en este caso activos) alternativos. Y todos ellos son válidos, si bien os recomendamos asesoraros antes de invertir en cualquiera de ellos. Lo que sí es común es la moraleja: se acerca el invierno y por ello os recomendamos que invirtáis en activos alternativos resistentes frente a las recesiones. Este otoño debemos ser como la hormiga de la fábula. O, mejor dicho, como la hormiga alada. 

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