¿Y si estamos ante una oportunidad para invertir?

Cómo podemos beneficiarnos de la intervención actual de los gobiernos para seguir creciendo

La Reserva Federal despide el año con una nueva subida de los tipos de interés, la octava de 2022. La FED (Reserva Federal) subió los tipos de interés en 0.5 puntos porcentuales, si bien es cierto que esta subida frena el ritmo de la tendencia, los analistas prevén que seguirá incrementando el precio del dinero hasta superar el 5% en 2023. La FED y el BCE sostienen que, para controlar la inflación deben frenar el consumo subiendo los tipos de interés, así logran enfriar la economía y, por tanto, en última estancia conseguir que los precios bajen, lo que históricamente siempre ha funcionado. 

Se dice que cuando te dedicas a la inversión, no solo debes centrarte en lo que se describe, para ello hay que saber leer entre líneas. En este sentido, creo que hay una serie de lecturas muy relevantes. Hay un pesimismo actual que se refleja en mi pantalla mediante números rojos y líneas descendentes que no considero como tales, si valoramos un horizonte temporal más amplio ¿Y si se trata de una gran oportunidad? 

Unión de Mercados de Capitales, Ley de Cotización y su misión 

Como ya sabemos, la Unión de Mercados de Capitales (CMU, por sus siglas en inglés) tiene como objetivo conseguir que el dinero, entendido como inversiones y ahorros, fluya por la UE para que pueda beneficiar a consumidores, inversores y empresas, independientemente de su ubicación. Para ello, en 2020 diseñó un plan con 16 acciones, tanto legislativas como no legislativas, para conseguir los tres objetivos principales: 

  1. Apoyar a una recuperación de la economía verde, digital, inclusiva y resiliente haciendo la financiación más accesible para las compañías europeas. 
  2. Hacer que la UE sea un lugar más seguro para que los individuos puedan invertir en el largo plazo. 
  3. Integrar los mercados de capitales nacionales en un mercado genuino único. 

El 7 de diciembre, la Comisión Europea aprobó la propuesta de reglamento de la segunda acción (CMU2) que se ha denominado Ley de Cotización o Listing Act. Ésta entra en vigor para garantizar la estabilidad y satisfacer las diferentes necesidades de financiación de las PYMEs y de la economía de la UE en general. Para ello, aboga por ampliar la variedad de canales a través de los cuales las empresas pueden financiarse en condiciones razonables (desmitificando la necesidad de acudir a deuda bancaria para sustentar el crecimiento empresarial). 

Esto animará a las empresas a salir a cotizar y permanecer en los mercados de capitales de la UE. Un acceso más fácil a los mercados públicos permitirá a las empresas diversificar y aprovechar mejor las fuentes de financiación disponibles.  

Las modificaciones propuestas se centran en: 

  • Simplificar la documentación que necesitan las empresas para salir a cotizar en los mercados públicos y agilizar los procesos de estudio por parte de los reguladores, acelerando y reduciendo así los costes del proceso de admisión a cotización. 
  • Ayudar a las empresas a ser más visibles para los inversores, fomentando una mayor captación de inversiones, especialmente para las PYMEs. 
  • Permitir que los propietarios de empresas puedan cotizar en mercados alternativos, utilizando estructuras de acciones con voto múltiple, de modo que puedan conservar un control suficiente de su empresa tras la salida a bolsa, protegiendo, al mismo tiempo, los derechos de todos los demás accionistas. 
  • Simplificar y aclarar los requisitos sobre el abuso de mercado, sin comprometer la integridad del mercado. 

La razón por la que CMU2 se centra esto es porque en la UE, a diferencia de otras geografías, existe un claro predominio de la financiación bancaria frente a la financiación a través de los mercados de capitales. Esto se puede observar si comparamos los niveles de inversiones de los venture capital en US respecto a UE, ya que son 10 veces mayores, como % del PIB. 

La financiación basada en el capital puede ofrecer una fuente más eficiente y adecuada que los bancos en sectores de amplio crecimiento que dependen, en gran medida, de los activos intangibles y, además, es muy eficiente a la hora de reubicar los fondos hacia sectores y tecnologías más verdes. 

Esta financiación equity abre puertas a muchos inversores que, de otra manera, no tendrían acceso a estas oportunidades. Así pues, la CMU quiere utilizar los mercados de capitales para conectar a los inversores con las necesidades de financiación de PYMES y startups, puesto que no siempre es sencillo llegar a conocer sus necesidades financieras y, por lo tanto, hace que sea más complejo participar de estas empresas emergentes con gran potencial de crecimiento exponencial. Democratizando con ello el acceso a las oportunidades de inversión.  

Para ello, mediante el Listing Act, la UE promueve la clara necesidad de simplificar las normas de acceso, requisitos de cotización y posteriores requerimientos de los mercados financieros de las PYMEs. Con ello, trabajan en el objetivo de hacer los mercados mucho más atractivos para las compañías e inversores, además de facilitar la entrada de capital en las empresas. 

Efecto de la inflación y coste de oportunidad 

La inflación es el incremento general de precios en la economía durante un tiempo sostenido. Sí, y no hace mucho, fue muy superior… durante la década de los 70 y 80 los precios crecían entre un 10% y 15% en algunos años. 

Lo curioso es que, en la UE, la gran mayoría de los hogares sigue manteniendo una parte desproporcionadamente alta de su patrimonio en forma de depósitos bancarios. De acuerdo con el BCE y Eurostat, entre 2016 y 2021, la cantidad de ahorros mantenidos en depósitos bancarios en Europa aumentó considerablemente. 

El problema de mantener los ahorros depositados en un banco en un entorno de tipos de interés bajos es que pierden poder adquisitivo, ya que la inflación erosiona el valor del dinero de los hogares año tras año. Asimismo, aunque los depósitos empiezan a mejorar la rentabilidad por el alza de tipos de interés, los expertos ven difícil combatir la pérdida de poder adquisitivo sin asumir más riesgos. 

La importancia de utilizar una visión a largo plazo en el escenario actual es clave. Según un estudio basado en simulaciones realizado por EFAMA (Asociación Europea de Gestión de Activos y Fondos) el valor real de los depósitos bancarios a finales de 2001 era un 24% inferior a finales de 2021, y muy probablemente será un 28% inferior a finales de 2022. Esto significa que si por ejemplo tuviéramos 100 k€ en un depósito en 2001, hoy en día su valor sería de casi 76 k€. Esta pérdida de poder adquisitivo se produjo en un entorno en el que la inflación en la Unión Europea se mantuvo bajo control, con una media del 1,8% durante en el periodo 2002-2021. El actual aumento de la inflación agravará aún más el problema. 

La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por sus siglas en inglés) señaló el hecho de que los inversores minoristas padecen una «ilusión monetaria», ya que tienden a considerar su riqueza y sus ingresos en términos nominales, en lugar de reconocer su valor real, ajustado a la inflación. 

Pero, entonces ¿Por qué no actuamos consecuentemente? Creo, que la principal razón es el miedo y el desconocimiento de los hogares sobre cómo actuar en estas circunstancias, puesto que lo entienden como asumir un mayor riesgo. El punto está en que éste es controlado, si entendemos que esta situación ya la hemos vivido en otros momentos de la historia. 

¿Dónde podemos sacar rentabilidad de la inflación? 

El sector inmobiliario siempre resultó ser un refugio para los grandes capitales ante los periodos de inflación alta, si bien es cierto que en la situación actual y, debido al parón de la economía, nos encontramos con un sector que puede sufrir. Pero, si analizamos bien la situación, esta crisis no tiene nada que ver con las últimas vividas, ya que no está causada por la demanda de crédito. Las empresas promotoras no tienen problemas de endeudamiento excesivo y la demanda sigue siendo superior a la oferta en muchos nichos del mercado, lo que abre dos ventanas a la inversión inmobiliaria: la inversión directa y la inversión indirecta. 

En el caso de la inversión directa o creación de patrimonio inmobiliario, debemos tener en cuenta que, a medida que la inflación aumenta, es muy probable que el valor de las propiedades incremente. Si bien es cierto que las hipotecas variables harán que el efecto sea neto, todos aquellos que tengan una hipoteca fija deberían ver su rentabilidad incrementada. 

La inversión indirecta, realizada a través de plataformas de inversión alternativa de crowdfunding o crowdlending, permite a acceder a oportunidades de inversión que, hasta ahora, solo eran accesibles a grandes patrimonios o inversores profesionales, convirtiéndolos en negocios, analizados y gestionados por profesionales expertos, en los que se pueden obtener rentabilidades anuales superiores a las ofrecidas por el mercado tradicional. 

Los históricos de acciones de valor (value stock) indican que tienden a hacerlo mejor durante periodos inflacionarios, siendo también menos sensitivas que las acciones de crecimiento (growth stock

Productos básicos (Commodities): Incluyen oro, materias primas y otros recursos naturales que generalmente son críticos para la producción. Es sencillo, el coste de producción se encuentra con la demanda a medida que esta sube y los precios también. 

Inversión Pública vs. Inversión Privada 

En los próximos años, la inversión pública va a crecer potenciada, entre otras medidas, por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), instrumento que canaliza la mayor parte de los fondos europeos recibidos en el marco del plan Next Generation EU (NGEU), que estima gastar 83 bn€ entre los años 2020 y 2026, complementando la inversión pública destinada a la crisis sanitaria COVID 19. 

Todo esto continuaría la tendencia actual de crecimiento de inversión pública valorada como % del PIB, que había disminuido drásticamente desde 2008 hasta que cambio la tendencia debido a la crisis sanitaria. 

La pregunta que nos deberíamos hacer llegados a este punto es ¿La inversión pública es sustitutiva o complementaria de la inversión privada? Como sostiene el artículo del Banco de España sobre el Eurosistema, la respuesta es: depende, solo se puede responder mediante un análisis empírico. Si bien es cierto, que hay teorías que apoyan una tendencia u otra, lo que habría que observar es el horizonte temporal de las inversiones.  

En líneas generales, la inversión pública tiene un impacto a corto plazo. No obstante, hay cierto consenso en que el efecto es positivo sobre la inversión privada en el largo plazo si se cumplen las siguientes premisas: 

  1. Cuando la aportación de capital público y privado se sostiene en un tiempo prolongado. 
  2. Cuanto mayor sea el potencial dinamizador sobre la productividad, de modo que el gasto en inversión pública redunde en un incremento del rendimiento del capital privado y, por lo tanto, en una mayor inversión privada. 

Cuando uno los puntos, no me queda duda de que es un buen momento para invertir 

Por un lado, tenemos a la UE bajando los requisitos para potenciar la inversión en empresas con potencial (sin olvidar que la última palabra para la admisión la tiene el regulador, existe una evidente connivencia). La disminución de los costes, además de potenciar los proyectos interesantes, mejoraría su rentabilidad (evidente disminución de costes de estructura) y, por tanto, la rentabilidad de la inversión.  

Por otro lado, el intervencionismo gubernamental no parece tener fin, continuó con la crisis sanitaria y ahora tenemos los fondos Next Gen, nada me hace pensar que posteriormente se deje de inyectar capital a empresas de nueva creación. Esto es debido a que la UE está tratando de generar tejido productivo y, para ello, tiene que ayudar a las empresas que tienen mayor potencial, según sus criterios. Todo esto obviando el pasado quantitative easing, planes estatales de ayudas, y otras medidas llevadas a cabo en los últimos años 

En la reciente entrevista realizada a Rusell Napier, indicaba que veremos un boom en la inversión de capital y la reindustrialización. El renombrado abogado e inversor, indicaba que esto durará unos 15-20 años y, que probablemente, nos llevará a una estagflación (concepto que indica el momento o coyuntura económica en que, dentro de una situación inflacionaria, se produce un estancamiento de la economía y el ritmo de la inflación no cede). Esta previsión, además de tener mucho sentido, hay grandes probabilidades de que suceda ¿Por qué no aprovechar esa ventana? 

Anteriormente, explicaba el coste de oportunidad de tener el dinero en depósitos bancarios, que en esta situación no van a hacer más que devaluar el patrimonio. También he hablado de los beneficios de invertir para eliminar el riesgo de la inflación. Así, la receta de los expertos para suavizar ese golpe es clara: hay que poner a trabajar el dinero, es decir, invertir en algún producto con un retorno que pueda batir la inflación. De cara a invertir, hay que buscar oportunidades de empresas infravaloradas (value stock) o con gran potencial de crecimiento (startups). 

Aprovecho para recordar el artículo “Por qué necesitas diversificar cuando inviertes en startups” que escribí hace unas semanas, en el que explicaba que el funcionamiento de las acciones en mercados cotizados siguen una distribución normal, mientras que las startups siguen una distribución de cola gorda. Lo que implica que a diferencia de en las acciones cotizadas, en las startups el Alpha aumenta de manera lineal a medida que aumentas el portfolio y, por tanto, es muy importante diversificar. 

Blas Simón, CFA
Head of Capital Markets
Orbyn

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